miércoles, 20 de febrero de 2013

El espacio del trauma.

Me pregunto cómo mostrar escenográficamente el espacio del trauma, del dolor que forma la obra.
Kantor muestra la muerte, el recuerdo, las obsesiones iconográficas católicas en todas sus obras. Sus personajes están rodeados de maderas viejas, carcomidas por el tiempo, que a veces se convierten en máquinas de tortura. En sus espacios interactuan mujeres en provocativa ropa interior con curas, soldados o gemelos, y en ellos se confunden los vivos con los muertos, los actores con los muñecos.  
Pues bien, ¿qué espacio retrata el tortuoso mundo de la culpa y el trauma imbuidos en las obsesiones incestuosas que refleja "Última transmisión"? ¿Qué idea escenográfica, con sus objetos, su disposición espacial y su diseño artístico, transmite la idea opresiva en la que se mueve la obra?


Tengo varios referentes (Lynch, el Buto, los posapocalípticos, etc.) pero el universo plástico que más se aproxima al de esta obra es el referido en la iconografía de Louise Bourgeois. Sus construcciones oníricas, entre el surrealismo y lo orgánico me parecen ejemplares. Las atmósferas que ella construye están cargadas de reminiscencias sexuales y traumáticas, de imágenes enfermizas, corporales, que oscilan entre lo fascinado y lo repulsivo, entre la atracción sensual y el rechazo más visceral.  
El sótano de nuestra obra es para mí una transfiguración de esa jaula enorme rodeada por esa araña gigante que constituye una de las obras capitales de Bourgeois. La arácnida  protege y somete al inquilino que habita dentro de la jaula y lo imbuye de sus sueños obsesivos y perturbados. El inquilino piensa que está a salvo de la araña pero en realidad no es más que su prisionero perpetuo.                             

Otra imagen de Bourgeois que se puede asociar con nuestra obra. La mujer abierta por una navaja. El cuerpo destruido y cercenado de la mujer yace víctima de la navaja fálica. Una de las hojas de la daga  está clavada en el torso mientras la otra pende en tono amenazante sobre su cuerpo. Nuestro personaje se enfrenta de forma simbólica con esa imagen una y otra vez a lo largo de la obra. La repetición, de diversos modos y maneras, de esa obsesión evidencia algo perturbador y enfermizo cuyo significado el espectador irá descubriendo poco a poco para revelarse en algo aterrador en el tramo final de la obra.

Igual que Bourgeois, nuestro personaje masculino siente una gran fascinación por los huevos. Por esos óvulos que se independizan del cuerpo de la mujer para convertirse en seres vivos, espumeantes de saliva, mitad vegetales, mitad seres orgánicos, ansiosos por eclosionar para lanzar al mundo nuevas vidas rebosantes de enfermedad y padecimientos .
A lo largo de nuestra obra surgen diferentes huevos, de color rojo, cargados de una ambigua y perturbadora significación sexual. La fascinación y el rechazo, tanto para el personaje masculino, como para el público, son las razones de su inclusión en la estética de la obra. Los huevos muestran la calcificación de un deseo prohibido; la osificación de algo que se pudre en el interior del personaje de Él y que al aflorar adquiere esa misteriosa configuración.


El espacio escenográfico estará además compuesto por un carro de bebé raído y roto, por una radio antigua destartalada, signo de la deficiente comunicación de El con Ella, por tizas de colores que poco a poco van dibujando sobre el suelo crucigramas hasta invadir casi todo el suelo con sus cuadriculas y sus casilleros entrecruzados. 
A un lado del espacio dos vestidos cuelgan de una percha, insinuando la ausencia fantasmal de Ella. 
Por el suelo, unas muñecas rotas y destartaladas configuran el espacio abandonado en el que las niñas de Marconi recreaban sus juegos infantiles. Y también nos trasladan, por que no, a los momentos lejanos, pero presentes en la memoria, en los que Él jugaba con Ella. Aquellos momentos en los que nació su amor con sabor a hiel y a miel, a dulce prohibición y amargo néctar de contradicciones.
Así me imagino el espacio escenográfico, y así intentaremos recrearlo en este taller, en la medida de nuestras limitadas posibilidades económicas y de tiempo.   


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