La música y ambientes, diseñados por Juanje, están empezando a adquirir toda la transcendencia que deben conseguir en la puesta en escena. Ramiro y María acoplar la fuerza expresiva de sus interpretaciones con estos elementos sonoros. Como resultado del trabajo escénico la música, algunos efectos luminosos o ciertos objetos se van convirtiendo en coprotagonistas de la obra. Como hace Beckett en piezas como "Palabras y música" o "Quad" estos elementos adquieren un carácter preponderante tan importante para la puesta en escena como la presencia de los propios actores. Beckett otorga a la música, a la luz y a los objetos una significación tan relevante que los hace "hablar" como si emitieran su propio texto o como si fueran otro actor más, que pugna por "decir" su parlamento. Y en ocasiones, la fuerza de esos elementos es tan potente que eclipsan lo que los actores dicen o tratan de mostrar, anulándolos o simplemente contradiciendo sus discursos. Y desde luego crean una serie de momentos cargados de sensaciones atmosféricas, donde la alienación y la turbiedad mental y emotiva de los personajes se evidencia con mayor elocuencia que con sus propios discursos verbales.
Esa relevancia sígnica de la música, los objetos y la iluminación nos plantea algunos de los grandes retos escénicos a los que deseamos seguir enfrentándonos con creatividad en este proyecto.
Para acabar un retrato de la familia de Marconi compuesto como un collage de imágenes.
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